La manipulación visceral te puede ayudar a mejorar la salud de tus órganos, tanto en su función fisiológica como en relación con todo el sistema, tanto, visceral como estructural.
Es una técnica que asiste el movimiento fisiológico normal y ayuda a corregir el movimiento anormal de nuestras vísceras, utilizando fuerzas muy suaves y muy precisas, para estimular la capacidad autocurativa que está presente en nuestro cuerpo. Con la terapia visceral, se puede apoyar el movimiento inherente necesario para el correcto funcionamiento de cada órgano individualmente, así como, la movilidad entre distintos órganos, y entre órganos y el resto de estructuras corporales. Gracias, a la manipulación visceral podemos localizar restricciones de movimiento, y apoyar el proceso de liberación tanto física como emocional de las tensiones que provocan el mal funcionamiento del órgano.

Los órganos están recubiertos por fascias, las fascias pueden contener tensión. La tensión puede ser causada por el estilo de vida, como por ejemplo un mal funcionamiento del diafragma al no respirar adecuadamente porque sufrimos de estrés, la nutrición, un trauma físico o trauma emocional. La terapia visceral libera la tensión que se almacena en los órganos.
Los órganos están siempre en movimiento. Piense acerca de lo que ocurre cuando usted respira. Usted puede notar el movimiento en varios lugares en su cuerpo, pero otros movimientos, como el de la digestión, pueden ser menos evidentes, aunque tambien esten pasando. La tensión en los órganos y sus ligamentos de soporte impide el movimiento natural. El resultado es un dolor y una salud menos que óptima. la manipulación visceral libera la tensión y las adherencias en los órganos puede dar lugar a dolor de ser trasladado a otra parte del cuerpo. Por ejemplo, un problema con los pulmones puede afectar a la espalda y la postura.
En que podemos ayudarte con esta terapia:
– Dolor musculoesquelético crónico.
– Dolores de cabeza y migrañas.
– Ciáticas.
– Dolores de espalda, caderas o rodillas.
– Extreñimiento y dolores abdominales.
– Latigazo cervical y otros traumas físicos.
– Periartritis del hombro y capsulitis.
– Problemas respiratorios.
– Vértigo.
– Dolor post-quirúrgico y de tejido cicatricial.

La terapia visceral sirve para eliminar tensiones y espasmos viscerales. Todas las vísceras del cuerpo se anclan a la columna, a las costillas, a la pelvis o a otras vísceras, provocando tensiones que pueden impedir que dichas vísceras funcionen correctamente.
Mediante movilizaciones del vientre se puede llegar a liberar dichas tensiones viscerales. A su vez, dicha liberación puede percibirse con una disminución de dolor de espalda o mejora funcional.
La terapia visceral está especialmente indiciada en pacientes con dolor de espalda de larga evolución, dolor crónico, extreñimiento, hernia de hiato o alteraciones en la menstruación.